Fuerza fuerte o la unión de Latinoamérica y el Caribe
Considerando,
como antecedente histórico, que la integración Latinoamericana comenzó
desde el día que se unieron los pueblos bajo el ejército patriota para
conquistar la Independencia
y cuya unión logró sus objetivos liberando a los países de Sur América,
bajo el mando de insignes hombres como Simón Bolívar, José de San
Martín, Antonio José de Sucre, José Martí, entre otros.
Considerando,
que la segunda fase de integración y la necesidad de consolidar esa
unión, se plasmó en el Congreso Anfictiónico de Panamá, etapa que quedó
inconclusa y que en la actualidad ha sido asumida por los Presidentes
Hugo Chávez Frías de Venezuela, Fidel Castro Ruz de Cuba, Evo Morales
Aimará de Bolivia y Daniel Ortega de Nicaragua a través de las ideas de
integración, cooperación, complementación y solidaridad entre los
pueblos, en lo que han denominado Alternativa Bolivariana para las
Américas – ALBA. Etapa que debe
consolidarse con la incorporación de otros países del Sur, Centro
América y el Caribe. ¿Cómo hacerlo?. Los convenios bilaterales logrados
por el gobierno bolivariano en el Acuerdo Energético de Caracas en el
año 2005, llamado PETROAMERICA y los acuerdos de PETROSUR, son los
primeros vínculos que ligan a Venezuela con esos países. De la misma
manera los acuerdos bilaterales alcanzados por el gobierno de Cuba a
través de la complementación de servicios de salud, educación, deporte,
con países del Caribe, centro y Sur América, contribuyen a allanar el
camino para lograr la Unión
definitiva de Latinoamérica y el Caribe. Etapa que debe pasar en pocos
años a multilateral y plurilateral, donde todos los países puedan
fortalecerse desde el punto de vista de la complementación económica,
social, política económica, tomando en cuenta el respeto al medio
ambiente, el respeto de la soberanía y autodeterminación de los pueblos.
Trabajar para un mismo bien común de desarrollo integral sostenible y
sustentable, donde no se compita para la destrucción del mercado del
“otro”, sino que se extienda la cooperación y la solidaridad para el
crecimiento de los mismos en un bloque común, dispuestos a enfrentar los
mercados europeos y de los Estados Unidos.
Considerando
que esta segunda Fase se encuentra en desarrollo, y que falta voluntad
de los gobiernos para sumarse a esta propuesta de integración
igualitaria. Se propone: reunir a los cuatro cancilleres del convenio
ALBA, con el objetivo de crear un proyecto, partiendo de las
coincidencias de Política Exterior que tengan esos países, que sea capaz
de confrontar las políticas neoliberales, coercitivas del Gobierno de
los Estados Unidos. Se trata de crear una “fuerza fuerte” entre
Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua, que dinamice la política
internacional y dinamice los programas, planes y proyecto como el ALBA,
en la búsqueda de la integración de Latinoamérica y el Caribe. A medida
que vaya triunfando revoluciones en nuestro continente, la “fuerza
fuerte” irá creciendo, la unión de los pueblos podrá alcanzarse bajo un
todo. A medida que nuestros planes, proyectos y programas se desarrollen
y se consoliden, ganaremos prestigio, y pronto con nuestras
experiencias, recursos y constancia podremos complementar a otro país y
este complementará las necesidades nuestras y así sucesivamente.
Es
importante tener en cuenta que los acuerdos y propuestas que ofrece el
gobierno de los EE.UU a nuestros pueblos, carecen de antecedentes
históricos de sus libertadores y que su puesta en práctica ha sometido a
los pueblos a la miseria, a la desunión y al autoaniquilamiento,
succionando los recursos naturales y destruyendo el medio ambiente. Los
proyectos y planes de los gobiernos de los Estados Unidos son el
expansionismo, la explotación del hombre, la competencia de mercados y
el sometimiento de los pueblos a sus fines hegemónicos, un ejemplo
palpable de este siglo es el NAFTA y el ALCA que mina o destruye las
pequeñas industrias, que privatiza los hidrocarburos de los estados, que
beneficia solo sus propios intereses, y luego cuando estos están
agotados se van dejando a los pueblos con la carga de dificultades y pobreza. Y
que es -a grandes rasgos- una debilidad de los gobiernos de los EE.UU o
una debilidad que juega en contra en estos momentos cuando el mundo
está viviendo un despertar.
Es
importante (a través de la “Fuerza Fuerte” que formen Venezuela, Cuba,
Bolivia y Nicaragua en su política exterior), convencer o hacer entrar
en razón a los países Latinoamericanos y Caribeños para que sumen su
voluntad en la integración de los pueblos. Las condiciones o vasos
comunicantes los tenemos, desorganizados permanecen entre todos estos
pueblos, solo hace falta la voluntad de los gobiernos para organizarlos,
enlazarlos, construir la gran red, darles el soporte moral, económico,
social. Muchos hablamos el mismo idioma, tenemos costumbres parecidas, y
sin embargo las desconocemos. A veces no queremos entendernos en
nuestro propio idioma, porque hemos hecho de él un instrumento ciego
para solo nombrar las cosas y no como instrumento vivo para unir a los
pueblos bajo una misma voz. “Tenemos
el mismo territorio – parafraseando al libertador Simón Bolívar-,
tenemos el mismo origen, tenemos la misma lengua, la misma historia,
tradiciones y enfrentamos los mismos problemas.” Por qué no hacer un
esfuerzo común para unirnos, cooperar entre nosotros, complementar
nuestras necesidades una por otra, sumar los esfuerzos en un beneficio
colectivo y destruir los problemas que nos aflige.
Este milenio es la hora de los pueblos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario